La omnicanalidad, exigencia para la empresa contemporánea
En el desarrollo de los mercados se observa un creciente protagonismo del marketing digital y de sus diferentes medios de venta como las tiendas virtuales, por redes sociales, Market place o WhatsApp, al punto de muchos considerar que gracias a ello, los centros comerciales y las tiendas físicas en el mundo tienden a desaparecer. Así las cosas plantearíamos un futuro en el que las personas sólo adquirieran productos vía virtual, perdiendo la tradicional «salida de compras». Algunos datos alertan al retail sobre esta posibilidad: en los años 80 en Estados Unidos existían cerca de 2.500 centros comerciales, mientras que en la actualidad permanecen al rededor de 750, lo cual representa menos de la mitad de lo que otrora fuera el símbolo de la sociedad de consumo. Indudablemente el surgimiento de las ventas por internet desplazó gran cantidad de las transacciones, pero la duda está en si esto significará el aniquilamiento definitivo del retail físico o será una división de las compras en todos los canales posibles, según las circunstancias y necesidades que el consumidor presente en el momento. Desaparición? o posible regulación del retail físico? Según la revista mexicana Real State Market, Estados Unidos a pesar del descenso que ha presentado de centros comerciales, cuenta aún con la mayor superficie comercial per capita del mundo: 25 pies cuadrados por persona, comparado con España y el resto de Europa que sólo llegan a 4.5 pies cuadrados por persona y en Mexico y latinoamérica no llega a 1 pie cuadrado. Evidentemente existía una sobreoferta de superficies comerciales en Estados Unidos y al confrontar varias realidades como el surgimiento del comercio electrónico y la crisis de movilidad en las grandes capitales, se produce una estabilización o lo que se podría llamar una autorregulación conducente a una división adecuada del comercio en sus diferentes canales: virtuales y físicos. Onmicanalidad: la tendencia. La omnicanalidad nace como la realidad más tangible en la actualidad y es aquella estrategia y gestión de canales que tienen como objetivo la integración y alineación de todos los canales posibles tanto virtuales como físicos. Se asume de esta manera que los consumidores en ocasiones desean sus compras virtuales y allí las marcas deben tener toda su estructura montada de manera eficiente, pero en ocasiones desea vivir una experiencia de compra presencial, sus tiendas físicas deben estar cerca y dispuestas de la mejor manera para producirle momentos de compra de alto contenido. Lo más importante: ambas formas de compra deberán estar integradas, ya que en muchas ocasiones el cliente comienza la compra virtual y la termina física, revisando primero el producto por internet, comparando precios y demás, pero quisiera realizar la compra final en tiendas físicas bien sea por inmediatez o por la confianza que le produce. En otras ocasiones inicia la compra física y la termina virtual, observando el producto en vitrinas, acercándose más a él, pero quisiera aprovechar algún beneficio que le ofrece la compra virtual en precios o acumulación de puntos así que decide comprar de esta manera. La omnicanalidad entonces hoy vence diferentes paradigmas: cuando inició esta tendencia se creía que al tener múltiples canales se podría dar una canibalización entre canales o desplazamiento de la compra de un canal a otro. Hoy esto se rebate y demuestra que se puede ofrecer todas las posibilidades el consumidor: cuando lo necesite virtual, allí estará la marca. Cuando lo desee presencial, también la encontrará de la mejor manera. Pero ese cliente híbrido estará moviéndose de un mundo a otro permanentemente y quiere así mismo mezclarlo. Cuando se encuentra realizando la compra física, no dejará de ser altamente tecnológico, así que valorará enormemente aquellos puntos de venta que se encuentran digitalizados, y que le ofrezcan muy buenas alternativas en su comunicación, servicio mediante dispositivos digitales. Pero luego en las compras virtuales quiere disfrutar de las ventajas que le da lo digital sin vivir una experiencia fría ni robotizada. Reclama experiencias virtuales altamente humanizadas. La marca que mejor interpreta la omincanalidad es aquella que brinda experiencias presenciales altamente digitalizadas, pero luego experiencias virtuales altamente humanizadas, un reto importante que el mercado le plantea hoy a las empresas.
La omnicanalidad, exigencia para la empresa contemporánea Read More »